En el mundo de la automoción aún quedan 3 grandes retos a superar en la fabricación de los coches eléctricos, su autonomía, los largos tiempos de carga y el coste de estos vehículos.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Córdoba han conseguido demostrar que el carbón de las cáscaras de las almendras, podría sustituir las grandes cantidades de azufre y litio que componen actualmente las baterías de los coches eléctricos. Esto supone una gran noticia para la preservación del medio ambiente, y aún así, conseguir un alto rendimiento en la acumulación de energía.

La cáscara de la almendra es un residuo procedente de la biomasa, es sostenible y no procede de derivados del petróleo o elementos caros o poco abundantes. El mercado automotriz apuesta por el uso de recursos comunes y más sostenibles, que ayuden a contrarrestar las consecuencias del cambio climático.

La utilización de este material, hará que las cargas sean más rápidas, lo que supone un ahorro de luz, esta batería ya se ha probado en cargas rápidas, consiguiendo que el vehículo esté completamente cargado en aproximadamente una hora. La autonomía del coche aumenta en hasta un 60% y también se podrá experimentar una mejora de la seguridad, debido a una menor concentración del litio en este tipo de baterías.